sábado, 6 de febrero de 2016

La visita a un inocente (Pablo Ibar) condenado en el corredor de la muerte


Uno de los momentos más especiales de mi vida personal y profesional fue entrevistar en 2002 a Pablo Ibar, el español condenado a muerte en Florida acusado del asesinato de tres personas en 1994.
 
En lo profesional, fue muy complicado ‘pelear’ con las autoridades carcelarias de EEUU para conseguir un permiso para entrar en el corredor de la muerte; en lo personal, indescriptible la atmosfera que rodea una entrevista a alguien vestido con un mono naranja e inmovilizado con cadenas.
 
Pero hablamos el doble de la hora estipulada en el compromiso que tuve que firmar y que fue (increíblemente) prolongado al doble por mi afición al country compartida con el subdirector de la  Prisión Estatal de Florida en Raiford. Lo recuerdo ahora por la inmensa alegría que me llevé al saber que el Tribunal Supremo de Florida ha ordenado que se celebre un nuevo juicio después de los recursos presentados por la defensa de Pablo que siempre negó su implicación en el triple crimen.
 
Me alegro por Tania, su mujer, con la que se casó en la cárcel; por Cándido, su padre y hermano del inolvidable boxeador vasco ‘Urtain’; por Michael, su hermano pequeño; y por todos a los que conocí y le han apoyado incondicionalmente. Además de creer en su inocencia, no creo que la muerte sea un método para aplicar la justicia.
 

 

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